viernes, 1 de marzo de 2013

Nadie dijo que fuera fácil

A veces, no tiene que ver con inteligencia.

Uno sabe qué cosas están bien, y qué cosas están mal. Uno sabe muchas veces qué es lo que tiene que hacer, y qué cosas no, pero no siempre uno puede...

Me llama una amiga de Corrientes. Es la ex de un amigo mío, así la conocí. Me cuenta que quiere llamarlo, saber de él. Sabe que le hace mal, pero igual no se aguanta, siente que no puede evitarlo. Trata de acordarse de las cosas malas que pasaron, pero no le sale. Trata de acordarse de lo mal que se siente cuando habla con el, pero no puede. Igual tiene ganas de llamarlo.
Le digo que eso es una adicción.

Qué es un adicción? Un intento estúpido de llenar un hueco.
No es estúpido querer llenar un hueco. Lo estúpido, es querer llenarlo con algo que sabemos que nos hace mal.


La gente que es feliz, le digo, es gente perseverante. Gente que prueba, y sigue intentando, y sigue probando. Y gente que sabe renunciar a aquello que le hace mal. Gente que en algún momento se sintió como se siente ella, y cómo me siento yo, y cómo se siente el pelado. Gente que supo renunciar y dejar atrás aquello que le hacía mal, y que pudo seguir intentando. Hasta que algún día, un buen día, esas personas encontraron algo que las hacía feliz.


Y le dije también, que sabía que eso no era fácil. No es fácil


En la mitología griega, existe el míto de Sísifo. En el infierno, Sísifo fue obligado a cumplir su castigo, que consistía en empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio, una y otra vez.

Un adicto, es alguien como Sísifo, que no puedo soltar su piedra.

Todos somos un poco como Sísifo.
Yo soy como Sísifo.
Vos también.

Lo único que nos separa de ser felices, somos nosotros.

Qué idiotas que somos...

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