Es tan azul ahí arriba
que una lagrima se escapa
por un filo de pestaña
y detiene el momento
Si bebiera de ese cielo
de tu copa con dos hielos
si aliviara mi garganta
con su ácido reflejo
Si escurriera de mi plexo
toda angustia, todo miedo
si diluyera en su cata
mis lluvias y mis vientos
Si exhalara en un suspiro
una nube gris acero
que ascendiera al firmamento
con el lastre de mi pecho
Me hundiría hacia arriba
nadaría a sotavento
dormiría en una brisa
manteniéndome en el vuelo
Pero ya se está nublando
presagiando gris cemento
ya desciendo hacia el asfalto
ya me anclo, ya no es cierto...
No hay comentarios:
Publicar un comentario